Antes de nada me gustaría aclarar que nunca he sido un gran fan de Lego. No porque no me hiciera gracia la idiosincracia del juego en sí, sino porque por una razón u otra, en mi casa éramos más de playmobil. Lo que no se puede negar es que Lego es algo más que un juego, cabalga entre el entretenimiento más básico para niños de menos de 10 años, al coleccionismo más exacerbado de los frikis barbudos de más de 40. Si a eso le sumamos las innumerables licencias que con enorme acierto han ido atesorando y explotando, véase Star Wars, Marvel, DC, el señor de los anillos, etc. Estamos ante un monstruo de la industria del entretenimiento.
Bajo esa premisa me encuentro ante la Legopelícula sin poder quitarme de la cabeza que era una excusa más para lanzar una nueva línea de muñecos, un nuevo videojuego, y un nuevo fajo de billetes en los bolsillos de los que mandan. Pero tras verla e de decir que seguramente sea todo eso, pero al igual que Lego es más que un juego, la Legopelícula es más que una película.
Es entretenimiento para todos los públicos en el sentido más estricto de la palabra, ya que no es sólo una película a la que puedes llevar a tu hijo sin que sea un suplicio para ti, sino una película que puedes ver con tu hijo y disfrutar igual o más que él.
Lo mejor de todo es que cuando estas encantado con la ficción que propone la película, te encuentras en el último acto con un giro de guión espectacular, que da explicación a cosas que ni siquiera te habías planteado, y al menos en mi caso, te da una gratísima sorpresa.
Por ponerle un pero, me hubiera gustado que hubiesen entrado en juego más personajes de los que comente antes, Star Wars, Marvel, etc. Aparecen, pero excepto uno, todos son cameos. Supongo que habrá que dejar algo para la segunda parte.
Sin más, os invito a todos a verla porque os vais a llevar una sorpresa que posiblemente no esperabais.
Si queréis disfrutarla ya, podéis encontrarla aquí, y yo lo seguiré negando ante un tribunal.
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