Antes de dar mi opinión sobre esta película tengo que plantear algunas cuestiones:
En primer lugar me gustaría felicitar a los cines de Sevilla por comenzar a incluir en sus salas películas en versión original. Cuentan las leyendas que Franco puso especial interés en que todas las películas que llegaran a España estuvieran dobladas al castellano, al contrario de otros países como por ejemplo Portugal. Se ve que no le apetecía leer cuando veía una película. Esta medida tiene una cosa buena, el gremio de dobladores de cine en España es muy amplio y además uno de los mejores del mundo. Pero tiene también cosas muy malas, en primer lugar aunque no sea la principal causa, nadie puede negar que el nivel de inglés de este país sería un poquito más elevado. Y en segundo lugar, con el doblaje estás viendo una película que no es la que el director quiso realizar, y estas viendo a unos actores sin percibir la totalidad del trabajo que están realizando.
Hay un hecho que me sorprende, actualmente las series de televisión se están comiendo a las películas, pero no obstante, también les están haciendo un favor, ya que con el ansia de ver las series en cuanto se estrenan en versión original. está haciendo que la gente comience a percibir las ventajas de ver una película en su idioma…por fin. Por ello, mi más sincera enhorabuena a cines como el Nervión Plaza donde un miércoles puedes ver el amanecer del planeta de los simios en V.O.por 3,90€, así si se impulsa el consumo de cine.
Otra apreciación -sobre la que ya he hecho algún comentario anteriormente- mucho cuidado con las críticas que leéis antes de ver una película, porque una opinión sobre una película no es sólo explicar el metraje, es explicar tus sensaciones subjetivas ante un espectáculo. Hay muchos factores que influyen, si acabas de ver La vida es bella, y luego ves El tigre y la nieve, seguramente pensarás que la segunda es muy flojita. Pero si ves El tigre y la nieve y ni siquiera conoces la existencia de La vida es bella, quedarás maravillado con una espectacular historia de amor. Si lees buenas críticas sobre una película, vas a verla pensando que va a ser una genialidad, y estarás toda la película esperando el bombazo que te haga decir: “¡ahí está! menudo peliculón”, cuando a lo mejor no hay ningún bombazo, y el grueso de la película con la profundidad de la historia que cuenta, es el bombazo en sí. Esto es lo que me pasó con el amanecer del planeta de los simios, y lo que me lleva a la última de las reflexiones:
Finalmente un hecho que detecté hace un tiempo, la mayoría de las películas hay que madurarlas. Hay películas que desde el minuto uno sabes que apestan, y hay películas que cuando terminan puedes decir tranquilamente: “Menudo peliculón”. Pero la mayoría de las películas necesitan asentarse en tu cabeza para que puedas emitir un juicio justo. Una experiencia personal en este sentido fue El lobo de Wall Street. Cuando salí pensé: “bueno no está mal, un principio frenético, y un declive del personaje que se hace un poco largo… está lejos de ser una obra maestra”, sin embargo te acuestas y recuerdas un par de escenas, al día siguiente hablas sobre ella en el trabajo, disfrutas recordando las mejores escenas, la recomiendas… y llega un día en que dices: “joder… es que es una pasada”. Pues ese es un poco el caso de esta película que empiezo a comentar sin más dilación.
Antes de nada decir que yo sigo quedándome con la primera, El origen del planeta de los simios para mí es una de las mejores películas de la era moderna, y cumple con creces el propósito de contarnos “cómo empezó todo”, la historia es envolvente, emotiva, todos los personajes llegan al espectador, y la escena de la revolución de los simios en el puente es magistral –No obstante mi escena favorita es cuando Cesar habla por primera vez, todavía se me ponen los pelos de punta recordándolo-
Ahora bien, El amanecer del planeta de los simios tiene un problema, y es que el origen ya está contado, ahora vamos a continuar la historia, uno de mis problemas es que esperaba que los monos estuviesen más evolucionados, más cerda de los simios de Chartlon Heston, pero no se puede dar un salto tan grande, así que me resigne a que siguieran la mayoría del tiempo hablando con lenguaje de signos, hecho que hace que cada vez que hablen a viva voz siga siendo algo espectacular.
La película no gira en torno a un fuerte lazo amoroso (o de amistad como la primera), el protagonista no está buscando una redención, una venganza, o un objetivo sobre el que se desarrolla la historia (al menos no desde el principio), la película lo que cuenta es la historia de un líder, de las decisiones que toma, y de los actos que se desarrollan fuera del control de su liderazgo. Espero que nadie me tache de loco, pero es parecida a la historia que se cuenta en series como Los Soprano o Sons of anarchy: líderes que deben tomar decisiones por el bien de su comunidad, lidiar con ovejas descarriadas, y luchar en guerras que no deseaban afrontar (evidentemente en las series algunas confrontaciones si son deliberadamente provocadas).
La película por tanto se basa en disfrutar del carisma de Cesar, que se come la pantalla con el increíble trabajo de Andy Serkis -que debe tener la espalda molida-, y de los responsables de los efectos digitales que creo que son los mejores que he visto en mi vida. Y si no, que cualquiera me diga (quitando al monito bebé) en qué momento de la película parece que alguno de los simios esté hecho por ordenador. Si esta película se la pones a cualquiera en 1968 después de ver El planeta de los simios, te puedo asegurar que como mínimo se mea en los pantalones. La insubordinación de Koba, gestándose poco a poco e inexorablemente a pesar de sus muestras de pleitesía a Cesar, hace que estés todo el tiempo en tensión, preguntándote cómo y cuando pasará lo que tiene que pasar.
En el apartado actores, un aprobado y para de contar, en general cumplen, pero es muy difícil pedirle a cualquier actor que desprenda el carisma que emanaba James Franco en la primera…era una batalla perdida antes de comenzar (a no ser que se apuntase realmente alto). Mención especial para uno de mis preferidos, el señor Gary Oldman, que haciendo honor a su nombre, con 30 años ya era viejo, pero parece que se ha estancado en ese aspecto y lleva dos décadas sin salirle una arruga de más. Mi opinión es que Oldman está poco aprovechado en esta película, pero agradezco que se haya dotado a su personaje de alma, y que no se le haya pintado como el típico líder descerebrado, que solo piensa en aniquilar a los simios con fuerza bruta. Los que hayáis visto la película ahora os estaréis riendo, pero si dejáis un poquito de lado esa escena final, os daréis cuenta que el personaje está bastante mejor dibujado que algunos villanos que sólo piensan visceralmente en la destrucción, sin importar lo que se llevan por delante.
No quiero contar mucho más, porque quiero que disfrutéis la película sólo con lo que he dicho hasta ahora, pero no quisiera despedirme sin mencionar mis momentos favoritos. En este caso son dos, y los dos se producen en el mismo sitio. A las puertas de la fortaleza de los humanos. Cuando se abren las puertas y se ve a todos los monos a caballao…el discurso de Cesar…la verdad es que es impresionante. Y la otra por supuesto es la embestida de los simios cuando van a la guerra, llevas tanto tiempo esperándolo, que cuando llega es simplemente espectacular. En mi caso cuando vi a los humanos parapetados en la puerta pensé “no va a quedar ni un mono”, pero no puedes subestimar a una pandilla de simios a caballo con metralletas.
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